Gayo Valerio Catulo nació en el 87 a. C en Verona y se estima que su muerte ocurrió en el 55 a. C.; sin embargo, esta fecha aún se discute por los estudiosos debido a que se cree que algunos de sus poemas se refieren a hechos ocurridos después de esta fecha. Por otra parte se sabe a ciencia cierta que su patria fue Verona, pues así lo menciona el mismo Catulo en sus poemas LXVII, XXXV y LXVIII. Su familia gozaba de renombre y bienestar económico pues formaba parte de una rama de la gens Valeria de Roma, razones suficientes para que Catulo pudiera mantener buenas relaciones con la clase política romana y por consecuencia llevar una vida que girara en torno a círculos literarios y poesía.
Cabe destacar que el cultivo de sus amistades y la búsqueda del amor son temas centrales en la poesía de Catulo. En cuanto a su obra recopilada en Corpus existen numerosas preguntas, pues no se sabe si es un solo libro o la mezcla de varios, o si fue el propio Catulo quien organizó su poesía para publicarla o alguien más lo hizo después de su muerte. Además la unidad temática presenta otro punto de discusión, por lo que se han decidido clasificarla en tres partes de acuerdo a su composición. Así encontramos piezas cortas y métrica variada desde poema I al LX, a partir del LXI hasta el LXVIII hay poemas de larga extensión y del LXIX al CXVI poemas de dos diferentes tipos de versos.
Aún con esta clasificación, su obra no presenta unidad temática y su contenido va desde poesías breves, como el poema XXVI hasta poemas más extensos como el LXIV.
A pesar de esto, la obra de Catulo representó un antes y un después en la lírica romana, pues fue uno de los máximos representantes de los renovadores de la poesía latina que abandonaron la épica y buscaron composiciones más pequeñas y enfocadas en la pureza estética, propiedad de lenguaje y perfección de la métrica. Este grupo de poetas además buscaba inspiración en otros poetas cultos de la época helenística como Safo, poetiza a la que Catulo admiraba y de la que se cree el joven poeta tomara su lugar de nacimiento, la isla de Lesbos, para formar el pseudónimo con el que se referiría a su amada Lesbia, una mujer casada a quien le dedicaría sus tormentosos y apasionados poemas. Su admiración hacia Safo no se limitó al nombre de su amada, sino que se ha encontrado que el poema de Carmen LI es muy similar al fragmento 31 de Safo.
Finalmente se presume que es el único poeta latino del cual se conserva toda su obra y, gracias a esto, hoy día podemos disfrutar de sus poemas que han sido traducidos del latín al castellano en numerosas ocasiones.
Una de estas traducciones es la de la licenciada en Filología Clásica y Filología Española, Rosario González Galicia, colaboradora y fundadora de revistas y asociaciones culturales, además de profesora de enseñanza media de latín desde 1983, quien presenta la obra de Catulo en el libro Catulli Carmina, publicado en noviembre de 2001 en Madrid España por la editorial Babab, disponible también en formato PDF con 187 páginas.
El libro comienza con la presentación en la que la autora justifica su nueva versión del poemario de Catulo enfatizando sobre la importancia de acercar los textos clásicos a alumnos y lectores sin menoscabar la fuerza y autenticidad de los originales latinos.
Posteriormente, en las primeras páginas de la introducción se habla acerca de la vida de Catulo y el contexto social en el cual el poeta se desenvolvía mientras escribió sus poemas. Se abordan aspectos generales sobre la composición del Corpus y se señala que la continua manifestación del “yo” en el espejo del “tú”; se refiere a los personajes presentes en sus poemas, quienes representan la fuente de inspiración del poeta.
Más adelante se encuentra un Breve apunte sobre la tradición manuscrita de la colección Catulina, y enseguida en un apartado la autora señala que la edición latina utilizada fue la de Werner Eisenhut del año 1983. Finalmente, encontramos los agradecimientos antes de entrar en materia de traducción.
Así, desde la página 20 hasta la 61 se encuentran los poemas traducidos en orden ascendente desde el número I hasta el CXVI. Todo lo que resta del libro es contenido didáctico y académico, por ejemplo, notas de traducción acerca de qué quiere decir Catulo en sus poemas. Por último, está la bibliografía, obras generales y de apoyo, así como el texto latino.
En conclusión, la aportación de Rosario González Galicia con este trabajo de traducción ha cumplido con el objetivo establecido en su presentación, pues permite conocer y acercarse a la poesía de Catulo de forma clara y precisa gracias a las herramientas ofrecidas en los diferentes apartados que se encuentran después de los poemas traducidos, de tal forma que, si al leer un poema el lector no encuentra con claridad a qué se refiere el poeta o bajo qué circunstancias fue escrito tal o cual poema, la traductora se encarga de disipar estos puntos ciegos del lector inexperto que deseé adentrarse por primera vez en la poesía de Catulo. Por mi parte, considero ampliamente recomendable su lectura para quien es nuevo en el mundo de las letras grecolatinas y para quien busca una lectura de más profundidad y comprensión de Catulo.
Soun.
Para leer los poemas de Catulo